miércoles, 4 de junio de 2014

PARO, PRECARIEDAD, DESIGUALDAD Y “HORAS EXTRAS”

En el mes de mayo el paro registrado se ha reducido en 111.916 personas como consecuencia del aumento del empleo en actividades de temporada vinculadas al turismo, la hostelería, el comercio y la agricultura; y, también, en buena parte, porque la gente deja de buscar trabajo a través del Servicio Público de Empleo.

Esta mínima reducción del paro, lleva consigo un aumento de la precariedad en la contratación: el 94% de los contratos iniciales firmados fueron de carácter temporal, esto supone un peligroso camino hacia la desigualdad.

Ni la débil recuperación de la actividad, ni mucho menos la reforma laboral están sirviendo para mejorar la estabilidad en el empleo y reducir la precariedad.

CCOO cree necesario y urgente un cambio de orientación en la política económica y laboral, aquí y en la Unión Europea, que deje atrás las políticas de austeridad y recortes y apueste de forma decidida por el crecimiento. Recuperando el diálogo social como  instrumento básico, debiendo tener como resultado, un plan de empleo con prioridad hacia los jóvenes y los parados de larga duración, al tiempo que se dé cobertura a los casi 800.000 hogares sin ingresos (salario, prestación, subsidio o pensión) que hay en España.

A esto hay que añadir el exceso de “horas extras realizadas”, teniendo en cuenta que en el 2013 se destruyeron 351.545 empleos, las horas ilegales realizadas hubieran permitido dar trabajo al 93% de quienes lo perdieron. El informe elaborado por la Secretaría de Acción Sindical de CCOO, calcula que hay un millón y medio de trabajadoras y trabajadores asalariados en el sector privado que realizan una jornada superior a la legalmente permitida.


El informe señala que en el año 2013 había 5.995.300 personas en desempleo, lo que quiere decir que de no haberse realizado horas ilegales, el paro hubiera podido disminuir entre un 4,8% con jornada a tiempo completo, y un 5,5% si utilizamos la duración      media de la jornada.

Del mismo modo CCOO denuncia que en el año anterior se perdieron 188.802 empleos entre jóvenes menores de 30 años. Si las horas ilegales se hubiesen traducido en empleos, 43.949 jóvenes tendrían empleo, es decir la destrucción de puestos de trabajo hubiera sido un 23% menor.