En el mes de mayo
el paro registrado se ha reducido en 111.916 personas como consecuencia del
aumento del empleo en actividades de temporada vinculadas al turismo, la hostelería,
el comercio y la agricultura; y, también, en buena parte, porque la gente deja
de buscar trabajo a través del Servicio Público de Empleo.
Esta mínima
reducción del paro, lleva consigo un aumento de la precariedad en la
contratación: el 94% de los contratos iniciales firmados fueron de carácter
temporal, esto supone un peligroso camino hacia la desigualdad.
Ni la débil
recuperación de la actividad, ni mucho menos la reforma laboral están sirviendo
para mejorar la estabilidad en el empleo y reducir la precariedad.
CCOO
cree necesario y urgente un cambio de orientación en la política económica y
laboral, aquí y en la Unión Europea, que deje atrás las políticas de austeridad
y recortes y apueste de forma decidida por el crecimiento. Recuperando el diálogo
social como instrumento básico, debiendo
tener como resultado, un plan de empleo con prioridad hacia los jóvenes y los
parados de larga duración, al tiempo que se dé cobertura a los casi 800.000
hogares sin ingresos (salario, prestación, subsidio o pensión) que hay en
España.
A
esto hay que añadir el exceso de “horas extras realizadas”, teniendo en cuenta
que en el 2013 se destruyeron 351.545 empleos, las horas ilegales realizadas
hubieran permitido dar trabajo al 93% de quienes lo perdieron. El informe
elaborado por la Secretaría de Acción Sindical de CCOO, calcula que hay un
millón y medio de trabajadoras y trabajadores asalariados en el sector privado
que realizan una jornada superior a la legalmente permitida.
El
informe señala que en el año 2013 había 5.995.300 personas en desempleo, lo que
quiere decir que de no haberse realizado horas ilegales, el paro hubiera podido
disminuir entre un 4,8% con jornada a tiempo completo, y un 5,5% si utilizamos
la duración media de la jornada.
Del mismo modo CCOO
denuncia que en el año anterior se perdieron 188.802 empleos entre jóvenes
menores de 30 años. Si las horas
ilegales se hubiesen traducido en empleos, 43.949 jóvenes tendrían empleo, es
decir la destrucción de puestos de trabajo hubiera sido un 23% menor.